Compañeros pasquineteros, les envío a sumercesitas y a su panfleto (tan subversivo él) este artículo escrito a transocha e insomnio por mí, un estudiante indignado por lo que pasá en su facultá. Aguardo por una publicación de este en el blog, y ojalá en la versión física de papel perióico. Estudiantados y estudiantadas, cómo les parece que en medicina (síp, donde se estudia tanto y no se hace nada) las autoridades de la facultá decidieron cerrar una de las dos puertas del edificio, la que precisamente da a la cafetería, osea, la que no es la de la entrada. AH?. Magínense!. ¿Cómo carajos saciar la pedida de glucosa, fructosa y gaseosa hecha por el organismo de esos pobrecitos alumnos luego de jartar tanto libro y tanta clase?. Toca dar toda la vuelta, completica, caminar como tres-cien-tos metros pa' llegar a deglutir, cuando se pueden dar unos cuantos pasitos, claro, sí la puerta estuviese abierta de par en par, y todo por un capricho de lo más güevón de los mandos altos de la facu...