BARBARROSA ATACA DE NUEVO.

Trascendió a la opinión pública que hace pocos días se escaparon del Laboratorio de Etnografía varios especimenes enjaulados. Un campesino, un indígena, un representen de las comunidades afro y una mujer urbano-marginal (los sujetos preferidos de la investigación antropologica) escaparon al ser abiertas sus rejas, se presume por obra y gracia del profesor Barbarrosa, quien estaba de paso reclamando su “chochito”, instrumento musical que fue rezado exclusivamente para él. Dicho profesor ha sido tristemente célebre entre los estudiantes de antropología quienes luego de cursar problemas metodológicos concluyeron que el principal problema al que se enfrentaron en clase fue a Barbarrosa y su metodología. “Por lo menos aprendieron que es todo aquello que en una clase no se debe hacer” comento el profesor a este medio. No por nada le dieron el reto de orientar una asignatura de Problemática si nadie más sino el para problematizar una clase, o embalar a sus colegas. “Gracias a él sabemos que estar demandados, y cuanto le agradecemos” aseguraron dos profesores del departamento quienes pidieron guardar su identidad porque se trata de reserva del sumario, y porque de esas cosas nadie habla y porque el advenimiento de Barbarrosa ha sido interpretado por los expertos en mitos como una señal de castigo divino que en antropología han de padecer.